1. ¿Qué lugares conoces en México y qué te ha traído por acá?
He conocido Puebla, la ciudad de México y es la primera vez que vengo a Querétaro. Prácticamente, acabo de llegar a Querétaro, así que no he conocido mucho de la ciudad, pero me encantará conocerla. Un lugar que me gustó mucho de México fue Huatulco.
Me gusta mucho tener contacto con los clientes. Es muy importante ese encuentro cara a cara, por que desde mi oficina no puedo saber exactamente cómo sienten los productos, o como reaccionan a ellos, por eso viajo a cada país en el que se vende mi marca. Veo un enorme potencial para nuestros relojes en México.
2. Tu marca, Savoy, ¿en qué se diferencia de las demás?
Es una marca que compite con precios agresivos, con precios de mil a dos mil dólares. Muchas de las piezas, dentro y fuera del reloj, son intercambiables. Muy a diferencia de lo que hizo la marca Swatch en los años ochenta, haciendo piezas intercambiables exteriores como la correa, los relojes Savoy tienen, además, otras piezas clave intercambiables que los hacen muy cambiar totalmente. Por ejemplo, un cambio de piezas puede hacer que un reloj deportivo pase a ser un reloj deportivo a convertirse en un reloj casual.
Es muy importante decire que, para crear nuestros productos, primero tuvimos que pensar como si fuéramos nuestros clientes. No vamos a un mercado de productos high-end, nuestro mercado puede desear relojes muy bellos sin tener que pagar ocho mil o nueve mil dólares por ellos.
3. ¿Podrías explicarnos el significado de tu logotipo?
Es como un blasón. Sintetiza el compromiso entre mi esposa y yo. Mi signo del zodíaco es aries, el de mi esposa es capricornio, por eso los cuernos están entrelazados. Yo soy el de la derecha y ella la de la izquierda. Representamos ambos lados del negocio. Aquí es muy importante hablar de ese entrelazamiento de elementos familiares que da fuerza a la marca. Es muy personal y emocional, pero busca crear un vínculo con la clientela. El logotipo es idea mia, diseñado de manera simple, pero poderosa ya que debe ser reconocido en todo el mundo, incluso antes de que la gente lea el nombre de la marca. Fue todo un dolor de cabez crearlo, pero está aquí para quedarse.